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Los animales de la granja

Los animales de la granja

Es la historia de cuatro animales que vivían juntos en la granja del señor Gregorio. Un caballo, un cerdo, un perro y un conejo. Eran felices juntos, pero no con el asno. Querían encontrar una solución.

Se pasaban el tiempo hablando de ello. Una araña muy astuta, que vivía en un rincón de la cuadra, les propuso un plan. Los animales lo probaron pero no les funcionó.

Un día de primavera, muy temprano y sin que nadie se diera cuenta, se escaparon de la granja. No sabían adónde ir pero le daba igual. Como la granja estaba en el campo, tuvieron que caminar todo el día hasta llegar a las primeras casas de un pueblo pequeño.

En una casa de ellas, vivía María, una mujer a la que le gustaban todos los animales. Al verlos y darse cuenta de lo cansados que estaban, les abrió la puerta del corral de su casa y les dio agua y comida.

Les preparó paja dónde poder descansar.

Al día siguiente se lo contó a su marido, y pensaron que podían quedarse con ellos.

María y su marido tenían una hija llamada Yasmín, que tenía nueve años. Le  gustaba los animales igual que a sus padres, y todos los día se pasaban un rato con ellos, les daba de comer y les contaba lo que había hecho en el colegio. Les cantaba las canciones que aprendía, les contaba cuentos que leía en clase y un día les habló de un burrito llamado Platero, que era amigo de una perrita llamada Diana y de una cabra. También estos animales vivían en una cuadra, pero a ellos les cuidaba un poeta amigo: Juan Ramón.

El tiempo pasó y Yasmín se hizo mayor. Conoció a Roberto, se enamoraron y se casaron.

Tuvieron cuatro hijos y cuando por la noche les contaban cuentos para que se durmieran, además de Blancanieves, Cenicienta, Spíderman y Supermán, les contaban la historia de estos cuatro animales que habían sido felices con el cariño de Yasmín y de sus padres.

Estos niños, desde pequeños, aprendieron a cuidar y respetar a los animales. CLARA ROMERO GARCÍA

El hombre del bosque

El hombre del bosque

Érase una familia muy pobre, que viviía en un pueblo muy pequeño, que no tenía tiendas, ni coches, ni colegio.

Los padres se iban al campo y allí pasaban todo el día. Volvían muy cansados.

Un día pensaron que los niños podían ayudarles en el trabajo, pues se pasaban el día aburridos y hasta se cansaban de jugar.

Se fueron todos y así se cansaban menos, ya que el trabajo lo hacían entre todos.

Pasó el tiempo y una tarde se encontraron a un hombre que no conocían. Había tenido un accidente y tenía herida la cabeza.

Se lo llevaron con ellos al pueblo, lo cuidaron durante los días que estuvo en la camo. Cuando se puso bien les dijo que tenía que marcharse con su familia, pero como le habían salvado la vida les iba a dar algún dinero. Con este dinero se compraron casas y siempre se acordaron del hombre que habían encontrado en el bosque. DANIEL VIDAL JIMÉNEZ

LAS VACACIONES DEL AÑO PASADO

LAS VACACIONES DEL AÑO PASADO

Yo tengo una amiga que se llama Ana y el año pasado nos fuimos juntas de vacaciones. Queríamos bañarnos y pensamos que en Tenerife  estaríamos muy bien. Estábamos un poco nerviosas y también muy contentas. La noche antes de irnos cenamos juntas y nos acostamos temprano para estar bien despiertas al día siguiente.

Primero viajamos en tren hasta Madrid y luego fuimos al aeropuerto. Llevábamos muchas maletas, pues queríamos cambiarnos de ropa todos los días ya que somos un poco presumidas.

El viaje se nos hizo un poco largo, pero en cuanto llegamos nos fuimos al hotel. Era muy bonito y tenía las habitaciones con yacusi. El jardín tenía muchas flores.

Nos pusimos los bikinis y nos fuimos corriendo a la playa. El agua nos refrescó, ya que hacía mucho calor. Después nos tumbamos debajo de una sombrilla para no quemarnos. Por la Tarde bajamos a la piscina del hotel y allí conocimos a un chico que tenía un perro dálmata. Era muy simpático y nos contaba cosas muy entretenidas.

Todo el tiempo que estuvimos en Tenerife estuvimos juntas. No sólo íbamos a la playa ya que hicimos una excursión al Teide. Nos hicimos muchas fotografías, que ahora ciando las vemos nos reímos mucho.

Para este año, ya hemos quedado de acuerdo las tres para irnos a Palma de Mallorca. Estamos deseando que llegue el verano. MARTA RAMOS VILLAOSLADA

El pájaro y el Rey

El pájaro y el Rey

Había una vez un pájaro que tenía las plumas de muchos colores. A todos les gustaba mucho, pero lo más bello era su canto. Siempre estaba feliz.

Todas las mañanas, iba a cantar al jardín del rey. Pero el Rey no se conformaba con un rato de canto, ya que le encantaba su música, quería tenerlo todo el día.

Mando a sus criados a cogerlo, y lo metieron en una jaula de oro. Se lo llevaron al Rey, pero entonces el pájaro no quiso cantar. No sabían la causa. Sin su canto, el mundo estaba triste.

Pasaron los días y todo seguía igual. Un niño le dijo al Rey que lo que le pasaba al pájaro es que estaba encerrado y aunque la jaula era de oro, el pájaro quería ser libre.

 El Rey comprendió que lo que decía el niño era verdad, pues a él tampoco le gustaba estar encerrado en su palacio. Le abrió la puerta de la jaula y el pájaro salió volando feliz.

Cuando estuvo de nuevo en libertad, todo volvió a estar alegre, pues el pájaro no dejaba de cantar.

Un día hubo una tormenta terrible y el viento movía todas las ramas de los árboles. Los animales iban de un lugar a otro asustados sin saber dónde meterse.

Nuestro amigo el pájaro tuvo la mala suerte de romperse un ala al darse un golpe con la rama de un árbol. Como pudo, llegó al jardín del palacio y empezó a cantar. Esta vez no era un canto alegre sino triste. El Rey al oírlo salió al balcón.

Mandó a sus criados que lo trajeran a ver qué le pasaba. Nada más verlo se dio cuenta de que tenía rota una ala. Lo cogió y con mucho cariño le puso una pequeña venda.

Pasaron los días y con el cuidado y el cariño que le dieron en el palacio, el pájaro se fue recuperando. Cuando estuvo curado, se marchó volando y cantando.

El Rey mandó construir una casita de pájaros en su balcón, para que todos los pájaros pudieran refugiarse cuando hacía mal tiempo.

Y cuando el viento y la lluvia movían todas las ramas, iban a refugiarse al balcón del Rey y con sus cantos le dieron las gracias.

 Y colorín colorado este cuento de pájaros se ha terminado. MARÍA MORENO-OPO ROMERO

 

LOS DOS AMIGOS

LOS DOS AMIGOS

Esta es la historia de dos animales muy grandes: un tigre y un cocodrilo. A ellos no les gustaba comer animales indefensos, solo los defendían. A los otros animales salvajes les asustaban para que no se los comieran.

Un día, un halcón atacó a una cierva y la mató. En ese momento los dos amigos estaban durmiendo y no se enteraron de nada. Cuando se despertaron vieron a los cervatillos muy tristes, pues su mamá había muerto.

El tigre y el cocodrilo fueron a hablar con el rey de la selva que estaba tumbado debajo de una palmera.

Mientras los escuchaba, el león movía su melena. Cuando terminaron de hablar esperaron un rato hasta que el león les dió las respuestas:

- Voy a intentar que no ocurra esto más, que unos hijos no se queden sin madre.

Los dos amigos se fueron más tranquilos, pues sabían que todos los animales le hacían caso al león, Por eso era el Rey de la selva.

Y desde entonces todos vivieron felices. RUBÉN MAROTO GONZÁLEZ DEL CAMPO

Los cuatro trajes

Los cuatro trajes

Alejandro era un hombre que trabajaba para la ciencia. Un día descubrió un medicamento contra el cáncer.

Se encontró con un amigo de la infancia, Edy Broch y le contó lo que había descubierto.

Quiso probar la poción, pues estaba muy enfermo. Su amigo se la dio, pero le dijo que no sabía qué le podía pasar.

Poco a poco, le crecieron  las uñas, los dientes, los ojos y hasta una cola verde. Se había convertido en ¡Un lagarto! Este era el fallo que tenía, pero al menos le había quitado el cáncer. 

Se fue de su casa a buscar a su amigo Alejandro, para ver si podía cambiarlo de nuevo a hombre, pero éste le dijo que no podía.

De esta manera, ese traje verde, lo controlaba y mató a mucha gente.

En el espacio, crearon la cura, pero tampoco funcionó. Esta vez era un traje negro con poderes increibles. Los trajes se tenían que unir. Cuando se encontraron Lagarto y Venon, se destruyeron, todo se arregló y quedó tranquilo.

Pero esto no acaba así. Los trajes se murieron pero la sangre se unió, creando un traje terrorífico, que solo pensaba en matar; lo llamaron Matanza. Cada día se iba haciendo más fuerte con la sangre de los que iba matando.

Encontró fuego y cuando lo tocó, se secó y murió. Pasaron unos días y hubo un cortacircuito. Crearon algo llamado Chispas, que iba arrasando. Se fue al cielo para provocar una tormenta y cayeron muchos rayos. Uno de ellos tocó el agua. Chispas murió. JORGE TEJADO LÓPEZ

LA BRUJA

LA BRUJA

Esta es la historia de una bruja llamada "Siete Pelos", que era un poco mala.

Un día atrapó a tres amigas que se llamaban: Clara, Ana y Elena -¡qué casualidad! igual que tres compañeras de mi clase-.

Se las llevó al castillo donde tenía un dragón, que se llamaba Fogan, y les dijo a las niñas que como no le hicieran caso las dejaría en las manos del dragón.

Elena dijo:- chicas, no le hagáis caso, que el dragón no es tan fiero como parece.

Le cantaron unas canciones que ellas sabían y lo dejaron dormido, como a un niño pequeño.

La bruja, viendo que no le hacían caso, trató de convertirlas en ranas, pero el hechizo no funcionó con las niñas sino con ella, ya que Ana había sacado un pequeño espejito que llevaba en el bolsillo y los rayos del hechizo rebotaron.

La cogieron y se la llevaron con ellas y la dejaron en un charco que encontraron cerca de sus casas.

Y colorín colorado este cuento de brujas y de amigas se ha terminado. RUBÉN SÁNCHEZ-MELLADO SANTOS

El perro que era muy listo

El perro que era muy listo

Era una vez un niño que quería que le compraran un perro. Se lo compraron y le puso de nombre Boby.

Era muy listo. si le tiraban un palo iba corriendo a por él y lo traía en la boca.

Un día no le dieron de comer y le echaron a la calle. Se juntó con otros cuatro perros malos y él también se volvió así.

Un día los cogieron los agentes de la perrera municipal y se los llevaron a todos. Cuando lo sacaron, les mordió y se escapó. Entonces se lo encontraron unos niños y le dieron de comer.

Por la noche se escapó y fue a salvar a sus amigos, que estaban en la perrera. Se escaparon todos y formaron un grupo.

Como lo habían pasado muy mal en la calle, se volvieron más tranquilos y desde entonces ya no molestaron a nadie.

Pasó un poco tiempo y cada uno encontró una familia que los adoptó. JONATHAN MARTÍN-BLAS MORA

El oso perdido

El oso perdido

Carmen era una niña que le gustaban mucho los osos de peluche y nunca había tenido ninguno. Por eso para su cumpleaños le dijo a su abuelita que quería uno. La abuela le contestó que los regalos son una sorpresa, y que tenía que cconformarse con lo que le regalaran.

Cuando llegó el día de su cumpleaños, se levantó muy contenta, ya que iba  a ser un día diferente de los otros. Había invitado a todos sus amigos a merendar en la pizzería, y también iban a jugar un rato después de la merienda. Sus padres le dieron un regalo muy grande, que iba envuelto en papel de colorines y un lazo rojo. lo abrió un poco nerviosa, y dentro encontró el oso de peluche más grande y más bonito que había visto. Les dió un beso a sus padres y salió corriendo con el oso en brazos.

Todos los días jugaba con él y algunas veces se lo llevaba al colegio. Pero un día con las prisas de que la llamaban para cenar, lo dejó en el borde de la cama, y el oso se cayó al suelo.

Cuando terminó Carmen de cenar, se lavó las manos y los dientes. Fue a acostarse y no vió al oso de peluche. llamó a su madre para que le ayudara a buscarlo.

Miraron por muchísimos sitios, menos debajo de la cama. Cuando ya se cansaron, decidió acostarse y al día siguiente seguiría buscándolo. Al día siguiente era jueves, y era el día que la madre limpiaba las habitaciones. Se agachó para quitar las pelusas de debajo de la cama y allí se lo encontró.

Cuando llegó Carmen del colegio estaba su oso esperándola con su madre. Le dió tanta alegría, que le dió a su madre un beso y al oso otro igual. ELENA PARREÑO ROPERO

El niño y los fantasmas

El niño y los fantasmas

Juan es un niño al que le dan miedo los fantasmas. Un día, en el colegio, se lo contó a su amigo Daniel. Este le dijo:

-Pero ¿por qué te dan miedo? Los fantasmas no existen.

Juan respondió: -¿Cómo no va a existir si en algunos cuentos salen?

- Lo de los cuentos no es realidad, me lo h dicho mi mamá. Son cosas que se inventan los escritores -dijo Daniel.

Por la noche, cuando se acostó, soñó que le perseguía una sombra blanca. Se despertó muy asustado llamando a su madre. Ella se levantó corriendo y le preguntó:

- Hijo, ¿que te pasa que me has llamado a gritos?

Juan le dijo: -Un fantasma me perseguía y estoy muy asustado.

La madre le respondió: -¡Pero si los fantasmas no existen! Solo están en los cuentos y los libros. Mira cuando te vayas a acostar llévate el cepillo de dientes. Piensa que es una espada mágica y cuando lo veas le das un golpe con él. Verás como lo dejas fuera de combate, y volverás a dormir tranquilo.

Al día siguiente se lo contó a su amigo, y desde aquel día ya no volvió a tener miedo de los fantasmas y de sueños parecidos. Se hizo más valiente y se comportaba como un chico mayor: quiso serlo y lo consiguió, porque cuando alguien quiere algo y se empeña en ello, lo consigue. SARA MONREAL CORTÉS

El cartero real

El cartero real

Esta es la historia de un cartero que se le olvidaba todo.

Un día que tenía que llevar a la princesa una carta, pero por el camino se le voló, pues hacía mucho viento. Se quedó sujeta en las ramas de un rosal. El cartero se cansó de pincharse con las ramas de la planta al querer cogerla, y se quedó dormido.

Al día siguiente, cuando despertó, se le había olvidadoque tenía que coger la carta del rosal y se fue apalacio. Al llegar le preguntaron por la carta que tenía que entregar a la princesa, y el cartero dijo: -¿Qué carta?

Lo llevaron delante del Rey y de la princesa. El Rey estaba muy enfadado porque era una carta muy importante, pues era de un príncipe que se quería casar con su hija.

De nuevo volvió el cartero al pueblo y la princesa se fue con él, pues no quería casarse con el novio que le había buscado su padre.

Cuando llegaron a su casa, sus padres le preguntaron que quién iba con él; como se le había olvidado quién era, no lo pudo decir.

Siguió con su trabajo. Menos mal que iba con él la princesa y le recordaba a quién tenía que entregar las cartas.

Iban siempre juntos, y así le servía de ayuda. Los dos se enamoraron, pero la princesa quería consultar a su padre y fueron al palacio. Al padre no le pareció bien, pues quería al principe para casarlo con su hija.

El cartero se marchó muy triste, y se perdió en un bosque. No tenía miedo y no sabía que hacer. Entonces se durmió. Cuando se despertó estaba rodeado de animales, pero no le hicieron nada, solo lo miraban. Pasaron muchos días en aquél lugar hasta que volvió de nuevo a su pueblo.

Cuando llegó, no se acordaba qué le había pasado. Así que siguió repartiendo cartas y a veces se volvía a equivocar, pero no le importaba porque vivía feliz.

Un día le tocó volver a llevar una carta a la princesa. Cuando llegó al palacio se encontró con toda la gente muy triste, pues la princesa estaba sin salir de su habitación desde que su padre le había dicho que no se podía casar con el cartero. Su padre estaba dispuesto a consentir lo que fuera, con tal de ver de nuevo feliz a su hija.

Así que habló con el cartero y le concedió la mano de la princesa. Desde entonces vivieron felices, y no le importaba que al principe se le olvidara de vez en cuando que era principe, y dejara la corona en cualquier lugar. ANA OLIVARES REQUENA