Teatro: No eres una lagartija

El viernes estuve en el colegio como todos los días, pero a las once menos cuarto nos fuimos en autobús al auditorio; cuando llegamos tuvimos que esperar un rato hasta que llegaron los niños de los otros colegios; entonces empezó. El teatro era así:

Detrás de una roca nació una lagartija, pero ella no sabía que clase de animal era. Los demás animales le dijeron que era un ser malvado, y la lagartija se lo creyó y fue creciendo y creciendo, destrozando todo lo que encontraba a su alrededor. Un día llegó a la ciudad y conoció a una niña que quería construir un castillo; la niña le pidió ayuda y la lagartija se la dió. Cada vez que hacía algo bueno, se hacia más pequeña y como hizo cosas buenas por la niña, se hizo tan pequeña como cuando nació.

La niña cuando terminó su castillo le dijo que era una lagartija, que había lagartijas con los ojos amarillos, pero que otras los tenían rojos. También le dijo lo que hacían las lagartijas: escalar por las paredes, tomar el sol y por la noche buscar refugio dónde dormir. La lagartija así lo hizo y por la noche se durmió en el castillo de la niña y se arropó con una hoja. CLARA